Incluida en los Presupuestos Generales del Estado de 2022, la propuesta de implantación de la jornada laboral de cuatro días está ahora mismo de actualidad, ya que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ya está trabajando junto al Ministerio de Trabajo en la orden que publicará para instaurar, de la mejor manera posible, este proyecto piloto.

Aunque hace unas semanas la Ministra de Trabajo anunció que la convocatoria de ayudas para llevar a cabo este proyecto se retrasaría hasta después del verano, en algunas empresas punteras de nuestro país ya han comenzado a implantar la jornada laboral de 32 horas en pequeños departamentos para probar su eficiencia y ver si sería rentable extenderla al conjunto de las plantillas.
Sin embargo, el modelo que plantea la administración no es exactamente el que están comenzando a probar los empresarios, ya que estos últimos han propuesto una alternativa consistente en reducir la jornada laboral a cuatro días semanales, junto con un porcentaje de reducción de sueldo asociado.
La mayoría de los expertos coinciden en que, si lleva asociada una bajada de salario, la jornada laboral de cuatro días no sería tal sino que más bien sería una reducción de jornada laboral. Por ello, es necesario consensuar y llegar a un acuerdo en la manera en la que se pretende implantar esta jornada laboral.

Propuestas de implantación

El acuerdo al que llegó el Gobierno con Más País hace un año, consistía en poner en marcha un plan piloto de jornada laboral de cuatro días o 32 horas. La siguiente cuestión es cómo podría implantarse, ya que los diferentes sectores implicados tienen puntos de vista distintos sobre cómo llevarlo a cabo.

Primera propuesta

Una primera propuesta supone la reducción de la jornada laboral para llegar a las 32 horas semanales, manteniendo los mismo horarios y condiciones salariales que tenían los trabajadores en la empresa previamente. Éste sería el caso que se ha puesto en práctica en la empresa de Software DelSol desde hace dos años con buenos resultados por el momento. En este supuesto, sin embargo, algunas empresas argumentan que sería necesario compensar las horas perdidas con el ajuste de jornada. Por ello, el Gobierno tiene pensado aprobar el programa de implantación que destinará 50 millones de euros para ayudar a las empresas que se ofrezcan voluntarias para la implantación

Segunda propuesta

Una segunda propuesta que está ya poniéndose en práctica en algunas empresas como Telefónica o Desigual, plantea la reducción de la jornada laboral hasta llegar a las 32 horas semanales pero conlleva también una reducción salarial aunque esta no sea proporcional a la reducción de horas. En este supuesto, se ha planteado a los trabajadores voluntarios para este proyecto que la empresa asuma parte del coste económico que tiene la reducción de jornada mientras que el trabajador asumiría otra pequeña parte reduciendo así su salario percibido.

Tercera propuesta

La tercera propuesta plantea reducir el número de días que se trabajan semanalmente, pero sin que haya una reducción de horas trabajadas, de forma que la jornada seguiría siendo de 40 horas semanales, pero repartidas en 4 días. Así se aumentarían las horas diarias trabajadas para compensar el día libre, de forma que no exista reducción salarial ya que no se están trabajando menos horas a la semana. Esta propuesta plantea también la posibilidad de que el propio trabajador pueda organizarse sus horas semanales para poder incluso acumular durante una semana y liberarse otra.

Pros y contras de la jornada laboral de cuatro horas

Si hablamos del empleado, parece claro que la jornada laboral de 32 horas semanales sin reducción de salario tiene claros beneficios: disfruta de más tiempo sin perder poder adquisitivo, tiene claros beneficios para la conciliación de la vida laboral y personal, supone una motivación extra en el trabajo, además de suponer una ventaja para el consumo general y la economía.

Si hablamos de las empresas que la implantaría los pros con los que se encuentran serían:

  • Reducción del absentismo laboral: al tener un día menos de jornada laboral, el trabajador es capaz de organizar mejor su tiempo, de forma que es más sencillo planificar sus actividades para no tener que faltar al trabajo algún día laboral.
  • Conciliación laboral y familiar: al hilo del punto anterior, tener más tiempo libre durante la semana favorece la conciliación familiar, de forma que la gestión de las actividades fuera del trabajo sea más fácil.
  • Mayor productividad: se está comprobando que la reducción de la jornada laboral no está suponiendo una reducción de la productividad, al contrario, el trabajador acude al trabajo más motivado y emplea mucho mejor su tiempo dentro de la jornada de forma que la productividad aumenta.

Sin embargo, desde el punto de vista de las empresas, no todo serían ventajas, podríamos encontrar algunos contras, tales como:

  • Garantías de la productividad: las empresas se plantean seguir pagando el mismo salario a sus trabajadores, pero por menos horas, por lo que dudan de que se pueda mantener la productividad. Implantar la jornada de 32 horas semanales puede suponer un riesgo al principio para las empresas que no tienen garantías de que la productividad se mantenga o mejore.
  • El control horario de la jornada: los turnos rotativos, los cambios de días de asistencia al puesto laboral o la reducción de horas, puede suponer un verdadero quebradero de cabeza para las empresas, que tienen que dar cumplimiento a los establecido en la Ley de Control Horario. Afortunadamente existen tecnologías que ayudan en este aspecto.
  • Menos tiempo para el desarrollo profesional: al disponer de menos jornada semanal, se reducirían las horas destinadas la mejora profesional o la formación dentro de las empresas, lo que supondría una reducción de la formación general de la plantilla y, por tanto, de la formación general de la empresa y su crecimiento en su sector.
  • Pérdida de posición dentro del sector: de igual modo, muchas empresas tienen miedo a perder posición frente a la competencia si esta sigue manteniendo la jornada laboral de 5 días semanales, ya que, dependiendo del sector, cerrar un día a la semana puede suponer una pérdida de posicionamiento.

Según la experiencia que se está viendo en países vecinos, como Bélgica, que ya están implantando la jornada laboral de 4 días, los resultados están siendo muy positivos, tanto para las empresas con plantillas más motivadas y productivas, como para los propios trabajadores que ven reducido su estrés y disponen de más tiempo libre.

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